Chêne-Bourg: en el corazón de la producción de esferas Rolex

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Situado cerca de Ginebra, el centro de Chêne-Bourg alberga todas las actividades de desarrollo y producción de esferas, así como las relacionadas con la gemología y el engaste de gemas. También es aquí donde se fabrican los discos de bisel Cerachrom y los biseles Cerachrom de cerámica de alta tecnología.

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El arte de la precisión: En el corazón de la producción de esferas Rolex

En el pintoresco paisaje suizo, a tiro de piedra de Ginebra, se encuentra Chêne-Bourg, un lugar que puede parecer un apacible refugio alpino, pero que en realidad es el corazón palpitante de una de las operaciones más sofisticadas del universo de la relojería de lujo. Aquí, en el centro de producción de Rolex, cada esfera de los relojes más emblemáticos del mundo cobra vida gracias a una combinación de artesanía tradicional y tecnología punta. La decisión de Rolex de concentrar todo el proceso de producción en Suiza refleja un profundo compromiso con la excelencia y la autonomía. Con más de 9.000 empleados repartidos en sus cuatro principales centros de producción, Rolex no es sólo un símbolo del lujo, sino también un faro de innovación y precisión en el campo de la relojería.

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El proceso creativo de los cuadrantes

Un viaje a través del arte y la ciencia Las instalaciones de Chêne-Bourg son una auténtica fragua de belleza y precisión, donde la fabricación de cada esfera es el resultado de al menos 60 meticulosas operaciones. Este complejo proceso comienza con la elección de los materiales más nobles, como el latón y el oro de 18 quilates, y continúa con técnicas avanzadas de coloración, como la deposición física de vapor y el lacado realizados en entornos estériles, conocidos como "salas blancas", para evitar cualquier posible contaminación. Algunas esferas se distinguen por el uso de materiales extraordinarios, como el nácar, el meteorito o las piedras semipreciosas, seleccionados según normas de calidad inigualables, que confieren a cada reloj una personalidad única e inconfundible.

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Encuadre

Joyas de precisión No menos importante es el arte del engaste que se practica en Chêne-Bourg, donde los diamantes y las piedras preciosas se seleccionan y montan con una precisión que desafía la imaginación. Cada piedra preciosa, antes de adornar un reloj Rolex, se somete a rigurosos controles en el departamento de gemología de la empresa, lo que garantiza que sólo se utilicen piedras que cumplan los altísimos estándares de Rolex.

 

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Innovaciones en cerámica

Los biseles Cerachrom Un capítulo aparte merece el taller de cerámica de Chêne-Bourg, donde se fabrican los revolucionarios biseles Cerachrom de cerámica de alta tecnología, un material elegido por su dureza y resistencia a los arañazos. La creación de estos componentes, mediante un proceso que incluye la deposición física de vapor, da fe de la incesante búsqueda de la perfección por parte de Rolex. El lanzamiento de los discos Cerachrom bicolor en el modelo GMT-Master II representa un hito tecnológico, resultado de años de dedicada investigación y desarrollo.

Conclusiones

Un ecosistema de excelencia Una visita a Chêne-Bourg ofrece una visión de la filosofía de Rolex, donde cada detalle se cuida con la máxima atención y donde la integración vertical de la producción permite a la marca mantener unos estándares de calidad e innovación sin parangón. En este lugar, como en las demás instalaciones de Rolex repartidas por toda Suiza, la relojería se convierte en un arte que se funde con la ciencia, creando relojes no sólo como instrumentos para medir el tiempo, sino como verdaderas obras maestras de la ingeniería y el diseño.

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